Esta investigación parte del sufrimiento real y de los problemas sociales de millones de personas. Las democracias contemporáneas, pese a que han conseguido importantes conquistas, están llenas de contradicciones. La extendida pobreza global, la gran disparidad de ingresos, la situación de las minorias étnicas y/o las razas oprimidas, la subordinación de las mujeres, entre tantos otros problemas, demuestran que nuestras sociedades no son justas en muchos sentidos. Esta investigación nace con la esperanza de aportar a la comprensión de la justicia social y su posible realización para las democracias en la era global. El objetivo es reconstruir el concepto de justicia social a partir de la obra de Nancy Fraser. En sus orígenes, la justicia social se interesaba, sobre todo, por promover cierta igualdad económica. Hoy el concepto ha ido mucho más allá de lo económico y lo igualitario. Ahora la justicia social también busca evitar o aminorar los grandes males que producen el sexismo, el racismo, la xenofobia, etc. A veces consiste en fomentar la igualdad; a veces, más bien, en reconocer la diferencia. Además, en sus inicios la justicia social era un asunto de cada nación. Actualmente ya no es así, pues la globalización ha hecho que se trate también de una cuestión internacional. En suma, hoy el concepto de justicia social está en crisis y se requiere una sistematización del mismo para evaluar y animar críticamente los esfuerzos por un mundo mejor.